“LOS RECUERDOS DE MI INFANCIA”
V.J.M.J
El período
de mi vida que se correspondería con este Segundo “Cuadernillo” de la serie,
pienso que está comprendido entre los Cinco
y los ocho años, y en el cual, sin dejar de leer aquellos Tebeos más
infantiles de mi primera etapa, se iniciaría el descubrimiento por mi parte de
los “Tebeos de AVENTURAS”, facilitado, evidentemente, por mi natural progreso
en la lectura, así como la de su mejor comprensión.
Durante
este período sigo siendo un “Comprador Pasivo”; es decir, que todavía no tengo
“propina” asignada, por lo que seguirá siendo mi Padre el que pague el Tebeo,
pero seré yo quien ya elija el título. Normalmente será “JAIMITO”, pero se dará
el caso en el que decida cambiarlo por el ejemplar de otra colección.
Además, se
empieza a despertar en mí ese espíritu ahorrador que me llevaba a ir guardando
las “propinillas” extras, que siempre caían cuando venía algún pariente o
amistad de la familia, y que me
permitía,
siempre con el beneplácito materno, a emplearlo “Indefectiblemente”, en la
compra de algún Tebeo (y algo más adelante ese dinerillo se repartiría también
con la adquisición de “Indios y Soldaditos”).
Como
siempre fui un chaval muy ordenado, los Tebeos no se perdían o estropeaban,
guardados en una carpeta de las que tenía mi Padre en su negocio.
Con ese
cargamento, que cada vez era mayor, salía a la puerta del jardín a CAMBIAR con
los chavales de mi barrio… y, en ese TRUEQUE, estaba, precisamente, el secreto
de nuestro conocimientos “enciclopédicos” de las mil y una colecciones y
personajes distintos que por aquellos años constituían el parnaso “tebeístico”.
Recuerdo
nº1
Como todos los domingos, al salir de
misa cruzábamos a la Plaza Sanllehy para comprar el “Ya” de mi Padre y el
“JAIMITO” para mí. Siempre me gustó ojear todas las portadas de los Tebeos
cuando pasaba delante de los kioscos, pero, ese día no lo hice.
El caso es que con una alegría
inusitada, oigo a mi Padre exclamar con voz fuerte:
- “¡Mira Pepe Luis, DIEGO VALOR!”-“¡AHÍ VAAAA…!”
fue mi
respuesta.
Y sin embargo, unos pocos años después, cuando
ya era un fervoroso seguidor suyo, un día, al ver esta impresionante portada
del MAESTRO VAÑÓ:
Y como
cuento en algún otro apartado, yo no sabía de quien se trataba… por lo visto el
personaje ya era famoso a través de unos seriales radiofónicos en los que se
emitían sus aventuras.
En esta
primera serie (hubo dos, que yo sepa), el formato era muy pequeño, pero la
portada resultaba muy sugerente para mí: Una nave, un astronauta embutido en su
traje espacial y un cielo poblado de lunas y planetas.
Como ya
conté en el Cuaderno (A) de la presente
colección, yo conocí la “Cienia
Ficción” a través de “”EL CONEJITO ATÓMICO”,
pero la obra de Buylla y Bayo,
con su universo de Cohetes Interplanetarios, Platillos Volantes, robots,
Sillas Voladoras, encuentros y peleas sin
fin con los malvados “wiganes” – verdes como ranas verdes -, y su “Gran
Mheekohng”:
avivó –
más si cabe – mi imaginación y la
afición por estos temas.
Sin
embargo, recuerdo que la Aventura que
más me impresionó fue la del encuentro con:
capturados
por el malvado Ernest Killer, que les colocaba una capucha con un dispositivo
por el que, si le querían traicionar, o si alguno era hecho prisionero, para
evitar que le delataran, se desintegraban
tras una explosión interna:
Sí, la situación de aquellos hombres
me parecía tan angustiosa, que el recuerdo me llegó hasta hoy.
Hubo una
segunda serie en la que se modificó el formato, ajustándose al “típico” de los
cuadernillos de “Aventuras”…Todavía veo aquella primera portada; me atrapó
mucho, aunque, creo, que los dibujos interiores eran del mismo estilo, pero sin
páginas en color.
¡Yo
también la tuve una:
“PERFORADORA DEL ESPACIO”!
Pero no la conocía por ese nombre; la
llamaba “Pistola Lanzadora de Platillos Volantes”.
Recuerdo nº2
El caso es
que a mí me gustaban más las aventuras de:
dibujadas
por MARTINEZ OSETE.
Era un
personaje que me intrigaba, no sé, seguramente sería por esa extraña
capucha…Solo puedo recordar la sensación tan grata que me producía la lectura
de sus Aventuras, pero, salvo escenas sueltas, no me viene a la cabeza ninguna
aventura en concreto.
Lo he
añorado desde que marchamos de Barcelona – y de eso hace una vida -, y es que
desde entonces no volví a ver ninguno de sus Cuadernillos.
Curiosamente
no he podido conseguir ni la primera ni la segunda parte de este trabajo de
OSETE, y, sin embargo,
sí he
disfrutado con la que en realidad fue la edición origen de este personaje, creación
del maestro BOIXCAR
Yo no
sabía que había habido dos ediciones distintas, con Historietas diferentes,
obras de ambos dibujantes, y al ver la colección que conseguí – la de BOIXCAR
-, pensé que era la que yo leía de pequeño, sin embargo… había algo que no me
cuadraba…
Creo,
porque, como he dicho, no recuerdo ninguna aventura en concreto, que la versión
de OSETE debía de contener
historias menos duras, vamos, más infantiles.
Recuerdo
nº3
Pues de
BOIXCAR sigue la cosa, y esta serie sí dejó en mí una profundísima impresión;
me estoy refiriendo a:
Para mí
una de “la Siete Maravillas del Mundo”.
Si con “EL
CACHORRO” de IRANZO descubrí la fuerza impresionante del “PINCEL y la TINTA
CHINA”, con BOIXCAR me quedé atrapado para siempre de su PLUMILLA… Y encima
eran todas ¡“Aventuras del Espacio”!
Aunque
fueron muy pocos los Cuadernillos que llegué a tener “en propiedad”, leí muchos,
gracias a un amigo italiano, de un nivel social altito para mi barrio, que me
dejaba que me llevara a casa los Tebeos de esta colección y los de la que se
considera por muchos, su “obra cumbre” del Autor:
Pero a mí
la que me molaba de veras era la otra, hasta el punto que siempre llevé conmigo su recuerdo, y
busqué– aunque con poca suerte -, sus Cuadernos (bueno, al final las cosas se
arreglaron bastante).
Estoy convencido que la primera Historieta que leí de esta serie, fue:
y estos
dos animalitos, con ese fondo impresionante, la primera viñeta que vi de este
maravilloso dibujante.
Otra vez
se suceden aquí, al igual que con los trabajos de IRANZO, el tremendo contraste
de la negrura de la TINTA CHINA contra el blanco papel (bueno, como la calidad era pobre, con el tiempo, el color se tornaba amarillento).
Conseguir
esta serie, ha sido uno de los regalos más apreciados que he tenido, y aunque
los guiones son – en general – bastante simplones, hay algunas historias que
son preciosa; me estoy acordando, por ejemplo, del número UNO :
“LOS
SERES BUENOS DE MARTE”
Por favor,
¡No se lo pierdan!
Recuerdo
nº 4
UN
RECUERDO “OLVIDADO”
A
cualquiera que me conozca le resultará difícil creer que yo, que he sido, soy y
seré el gran devoto de ROBERTO ALCÁZAR y PEDRÍN, confiese que, a pesar de que
dichos Amigos estaban en su momento más exitoso de su larga historia, yo no los
conociese, y, sin embargo…
me dije a
mí mismo que “ese Tebeo ya lo había visto antes”, y volví a sentir de nuevo el
miedo y la emoción que experimenté la primera vez que lo leí; ¿entonces?...
Sencillamente, lo que pasó es que
disfruté - y sufrí – esta Aventura
cuando yo debía tener seis años, en el pueblo de mi Abuela ISABEL, pero
entonces no comprendí que esa Historieta formaba parte de una colección, vamos,
de una serie con unos mismos protagonistas, lo que se puede entender porque, si
se fijan, la faja en la que se hace referencia a ellos (en este caso a “ÉL”;
solo aparece ROBERTO),
es un
recuadro bastante pequeño, que apenas destaca, seguramente para permitir que
toda la atención recaiga sobre el Título de la Aventura, y que en este caso era
tan misterioso y sugerente como:
(Nº 13)
Hoy en día
le tengo un cariño muy especial a este Tebeo, junto con algún otro de los
tiempos de mi iniciación “Alcazariana”, como veremos en mi siguiente etapa.
P.D.- Me
encantan las portadas de VAÑÓ, tanto por su composición, en forma de mosaicos
irregulares, en los
que nos
presenta una serie de escenas, como los colores “Pastel” que utiliza.
Recuerdo
nº 5
Como todos
los aficionados saben, MANUEL GAGO ha sido uno de los más prolíficos Dibujantes
de Historietas, de ahí que cuando yo empecé a mirar y leer “Tebeos de Aventuras”, habría por los kioscos unos
cuentos trabajos con su firma, tales como: “EL GUERRERO DEL ANTIFAZ”, “EL
PEQUEÑO LUCHADOR”, “TONY Y ANITA”, “EL CAPITÁN ESPAÑA”… y unos cuantos más; sin
embargo, el único que recuerdo de esta segunda etapa, es:
“PURK, EL
HOMBRE DE PIEDRA”
¿Y saben
por qué?; pues no es porque “naciera” el mismo año que yo (1.949), sino
porque en él aparecían “Bichos Raros”, pero,
más que animales prehistóricos, lo que abundaba con generosidad eran encuentros a muerte del héroe con
“Humanos-Bestias”:
“Hombres-
Rinocerontes”, “Hombres-Leones”, “Centauros” y un larguísimo etc.
Recuerdo
nº 6
¡Y con ÉL llegó el cambio!
Sí, ciertamente, con:
“EL
CAPITÁN TRUENO”
Para mí,
la Gran Novedad no estuvo en el Cambio de la “Filosofía” ni de la “Ética”
o la “Moral” de la época, no, la Modernización recayó, prácticamente toda, en
la “ESTÉTICA”.
El papel
pobre y amarillento pasó a un blanco impoluto en el que el trazo negro
destacaba muy bien; es verdad que AMBRÓS era un Artista de primera, pero es que
tuvo un enorme aliado en la dirección de la editorial que le permitió (o lo
diseñó inicialmente así), REDUCIR el número
medio de viñetas por cuadernillo que hasta entonces se acostumbraba;
prácticamente la mitad, como se puede comprobar en las dos páginas que les
presento a continuación, una de “El ESPADACHÍN ENMASCARADO” (GAGO), y la otra
del “CAPITAN” (AMBRÓS), aunque hay que reconocerle, también en esto, un gran
mérito a VÍCTOR MORA, que supo resumir
en sus
guiones la “Acción” sin que se perdiera con ello emoción.
La
consecuencia inmediata era que con la mitad de carga semanal, AMBRÓS pudo
dedicar más tiempo a cada viñeta, y que estas, al ser también de mayor tamaño,
permitía una mejor representación, sin quedar “ahogadas” por los “bocadillos”
de los diálogos.
Y con este
planteamiento que acabo de expresar, quisiera presentar aquí mi RECONOCIMIENTO
público a todos los Dibujantes de Tebeos de aquellos momentos, que se vieron obligados a desarrollar un
trabajo más que excesivo, (eso de “ayudantes” era cosa de los Tebeos
americanos), durante toda su vida, sin perder la ilusión por su obra y con
sueldos miserables:
NOTAS:
1ª/ A partir del nº 35 AMBÓS tuvo el
apoyo de BEAUMOND como entintador.
2ª/ No quisiera
que nadie sacara la conclusión por mis palabras anteriores de que la
Editorial Bruguera le tratara “con mucho
cariño”; de hecho no pudo más y abandonó su obra en el nº 175.
Bueno, y
siguiendo con el asunto…Yo no recuerdo si hubo o no una campaña anunciadora de
la próxima salida de este personaje, es muy posible, pero, quizá, por mi corta
edad yo no me enteré, si bien, con los años, me he dado cuenta de que conocí la
serie muy pronto, aunque mi primer recuerdo está entre los números 23 y 24, con
la aventura de Tagán, el Ídolo-Vampiro, dios de los
gigantescos hombre-gorilas que habitan en la cavernas:
En
particular, la escenas en la que nuestros amigos contemplan la ciclopea figura
del “Dios-Vampiro”, entre penumbras, con la sola iluminación de los
destellos del cráter del volcán sobre la
que se levanta, y la otra en la que los
condenados hombres – gorilas son forzados a subir por las escalinatas labradas
en la piedra, para ser lanzados a la lava desde la fauces del terrible ídolo,
me causaron una profundísima impresión, hasta el punto de que siempre las tuve
en mi memoria, al igual que alguna de las que vienen a continuación:
También recuerdo hasta con angustia,
la Aventura:
cuando
nuestros Héroes entran en la “Casa de los Muertos” en el momento en que están
“momificando” ¡Vivos!, a los conductores de los carros que fueron derrotados
por nuestros Amigos:
Y no
digamos cuando fueron ellos los introducidos en los sarcófagos.
No
obstante, la mirada torva del descomunal Pulpo que espera al CAPITÁN en el
fondo del pozo del castillo del Mago Morgano, aunque no fuera la primera imagen
que contemplé de esta serie, sí ha sido la que más se grabó en mi mente,
identificándolas como visiones de pesadilla:
Y muchas
más con las que disfruté un montón, a medida que iban llegando a mis manos,
aunque de forma desordenada; ya saben, cosas de los intercambios…
Recuerdo
nº 7
¿Qué si conocí yo a
Pues Sí y
No… quiero decir que sabía de él, pues aparecía con frecuencia en los intercambios
de “Chicos Mayores”, pero aunque alguno ojearía, yo no llegué a tener ninguno,
y es que el precio (unas ocho pesetas?), lo ponía en la categoría superior a la
que yo jugaba.
Recuerdo
nº 8
De
GIRALT…bueno, pues de éste “Super” sí que llegué a leer algunos.
Después
del “CONEJITO ATÓMICO” creo que fue el siguiente “Superhéroe Español” que
conocí…Sí, me gustaba.
Recuerdo nº 9
“MENDOZA
COLT” fue mi primer intento de hacer una “Colección”, y es que ya era yo por
entonces algo más mayorín, y había comprendido lo que eso significaba, en
cuanto a que las cosas tienen “un principio y un fin”, y empezó a aflorar en mí
esa enfermedad de “querer tenerlo al completo”.
…Lo que
pasó es que a eso de media colección, ¡Nos marchamos de Barcelona!
Nos fuimos
a Ariza (Zaragoza), donde habían contratado a mi Padre como gerente de la fábrica de jabones “Cabrerizo”, y
aunque en el bazar del “Chiquitín” llegaban con puntualidad muchas series de
Tebeos, no
era el caso de MENDOZA, así que ahí murió este primer ensayo, aunque no pasó lo
mismo con mi ya incurable ansia por coleccionar.
Pero antes
de esto sucediera se casó Vicente, un primo de mi madre, y vino con Rosario,
su mujer, de viaje de novios a Barcelona…y claro, vinieron por casa, donde se
les recibió con todo el cariño, y, cuando se despidieron, como tantas veces
sucedió en mi niñez, “caía una propinilla” para el niño ( en este caso, para
mí, porque mi hermano era un bebé); recuerdo
perfectamente la cantidad:- ¡Dos Duros, es decir, Diez Pesetas!. Recibí
el correspondiente permiso para ir “al Kiosco” y me vine con este
“Extraordinario”:
Recuerdo nº 10
Pues claro que no: ¡ESO ERA COSAS DE CHICAS!
…Pero eso no significa que no me acuerde de verlos…y
de haber – solo – ojeado, alguno.
Lo que pasa es que hay una anécdota relacionada con esta
colección que para un “Aficionadillo” como yo, tuvo – y sigue teniendo -, una
gran importancia.
Verán, resulta que había una joven en mi misma calle
(Bismarch), a la que le encargaban dibujar algunos cuadernos (en esta colección
había bastantes Dibujantes), y resulta que en el guion que le dieron tenía que
aparecer una “Escalera de Caracol”, y resulta que la pobre chavala no sabía
cómo representarla, porque no había visto nunca ninguna.
Como en el barrio nos conocíamos todos, alguien le
dijo a su madre que preguntase a “la madrileña”, que era maestra.
Así que allí fui con mi Madre unas cuatro o cinco
“torres” calle arriba, en la que yo solía jugar en el jardín con su hermano. En
un cuartito, junto a la ventana, estaba la chavala sentada en una simple mesa
camilla, trabajando sobre un original a medio dibujar (parte ya entintado, otra
solo a lápiz, y espacios en blanco)… en
otra mesita tenía tinteros de Tinta China, palilleros y plumillas, y uno
cuantos lapiceros, gomas y cuchillas de afeitar.
Ciertamente que toda aquella parafernalia yo ya la
tenía en mi propia casa, pues mi Madre siempre dibujó a plumilla, (después, ya en Segovia, la alternó con el Óleo),… pero ese fue EL
PRIMER Y ÚNICO “ESTUDIO” DE TRABAJO de
UN DIBUJANTE PROFESIONAL de TEBEOS que he tenido ocasión de visitar…
¡Y ESO PARA MÍ HA SIDO UN RECUERDO IMBORRABLE!
Me encantaría poder acordarme del nombre de aquella
joven Artistas que conocí de niño… su hermano era “Pedrito, el de arriba”.
Bueno, y hasta
aquí hemos llegado.
Nos
veremos, si DIOS quiere… y Vds. lo desean, en el próximo Cuadernillo.
Saludos